09 Mar 50 kilos por 50 Bees
¡50 kilos de miel! Eso es lo que nuestro apicultor ha recogido este año de las tres colmenas que florecen en la azotea de Fifty Bees …
Una actuación muy buena teniendo en cuenta que el clima ha afectado claramente a la producción de nuestras abejas. La primavera lluviosa no permitió un correcto desarrollo de las colonias y la ola de calor del verano las debilitó…
Producir un kilo de miel representa una tarea titánica para estos insectos: para producir 1 kg de miel, una abeja forrajera tiene que trabajar durante unos 200 días, recorrer 40.000 km (circonferencia de la Tierra) y recoger unas 800.000 flores.
Afortunadamente, la colmena está tan bien organizada como una gran empresa…
Alrededor de la reina, cuya única tarea es poner huevos una y otra vez (2.000 huevos al día en primavera), hasta 50.000 obreras trabajan incansablemente mientras unos cientos de zánganos holgazanean, ¡cuando no están fecundando a la reina!
Durante su corta vida (de 30 a 45 días en primavera y verano), las abejas realizan hasta siete funciones diferentes: limpiadora, enfermera, arquitecta, manipuladora, ventiladora, cuidadora y buscadora de alimento. Un buen ejemplo de versatilidad para adaptarse a las necesidades del negocio…
Cuando las abejas han terminado su trabajo, es el apicultor quien toma el relevo para dedicarse al delicado ejercicio de la recolección. Después de haber ahumado ligeramente las colmenas, recoge sólo la «alza» (parte superior de la colmena) depositada en la primavera y deja el resto (cuerpo de la colmena) a las abejas para que éstas tengan suficiente alimento para alimentarse, criar sus larvas y pasar el invierno. Al final, el apicultor sólo se lleva el 20% de la producción de las abejas, una especie de IVA, en definitiva.
Una vez retirado el compartimento, se coloca en su borde y se barre con un soplador de hojas para empujar a las abejas de la colmena hacia el cuerpo de la misma, sin herirlas.
El apicultor debe asegurarse de que la reina no está en la alza, ya que su único objetivo es poner huevos y no podría encontrar la colmena, ¡por muy cerca que esté!
La reina es fácil de detectar porque es 5 mm más larga que las obreras… Sin embargo, ocurre que la reina se va volando con sus compañeras. Si el apicultor no consigue hacerla volver a la colmena, se produce un gran lío: las obreras empiezan a levantar el abdomen y las alas para liberar feromonas que llamen a las otras abejas a volver, señalando que hay un problema. Se forma un grupo de abejas alrededor de la reina para que no se quede sola y abandone la colmena. Esto se llama enjambre. (En la naturaleza, la enjambrazón sólo se produce cuando la colonia está superpoblada). Las obreras de la colmena huérfana comenzarán entonces a criar de nuevo 6-7 huevos, que serán alimentados exclusivamente con jalea real para formar una nueva reina – en las abejas, es la dieta la que define la casta.
A continuación, la colmena se lleva a la cámara de miel para desopercularla. En otras palabras, se elimina la capa de cera con un cuchillo, lo que aísla la miel, evita que el néctar se seque y detiene los hongos y la fermentación. A continuación, cada cuadro se coloca en un extractor que permite, por fuerza centrífuga, vaciar el contenido. La miel expulsada de los bastidores se filtra en un tanque giratorio.
Sólo queda poner la miel en tarros.
430 tarros hechos a medida este año que nosotros nos alegramos de ofrecer a los empresarios que acompañamos cada día en sus aventuras empresariales…
(¡Un gran agradecimiento a Philippe Michel por su talento como apicultor y sus claras y detalladas explicaciones!)